La realidad Acerca de Yo Soy La Vid Verdadera

yo soy la vid verdadera

Pámpanos que dan frutos y que son podadas para dar más fruto, pámpanos que no dan fruto y son cortadas, se secan y quemadas. ¡Llevar fruto – el fruto del Espíritu – solo puede surgir por mantenerse en Jesús y caminar en el Espíritu! ¡El mantenerse en Jesús es un estilo de vida muy activo! Cuando las expresiones de Jesús permanecen y tienen poder en mi mente y mi corazón, de tal modo que las obedezco conforme el poder del espíritu, entonces el fruto del Espíritu, las virtudes de Jesús, asimismo van a ser manifestadas en mi vida. Entonces, él extrajo desde analogías familiares, conocidas. Y estad podrá decir, ‘Bueno, él se refirió a sí mismo como una vid, por el hecho de que una vid es humilde, y una vid, está en la tierra y está en humildad, con un perfil bajo.

Entonces sabemos que la vid es Cristo y el granjero que plantó la vid y protege de la vid es el Padre. Pero la pregunta aquí es, ¿quiénes son los pámpanos? Hay pámpanos que están pegados a él, están todos pegados todos y cada uno de los pámpanos las ramas están pegadas, pero, los que no dan frutos son cortados, se secan y son quemados. Da igual qué religioso sea usted, cuan moral sea usted, cuan buenas pretenciones tenga usted, a la luz de lo mejor de la raza humana. Si usted no piensa que Jesús es Dios, usted se va a ir al infierno. Si usted piensa que él es un ser desarrollado, de cualquier clase, sin importar lo más mínimo cuan noble o cuan alto, usted se irá al infierno.

Yo Soy La Vid Verdadera

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Como dice el versículo 2, son «quitados». Pero realizar tal afirmación es perder todo el punto de la metáfora de Jesús y la razón por la cual el apóstol Juan la incluyó en su Evangelio. Mientras que afirma su igualdad en esencia con el Padre, al garantizar que es la fuente y el sustentador de la vida, también enfatiza la diferencia primordial en su papel y el del Padre. El punto es que el Padre se preocupa por el Hijo y por aquellos unidos al Hijo por la fe. Quizás en algún momento hayas escuchado una oración muy famosa que Cristo ha dicho “Yo soy la vid verídica”, pero ¿Qué es lo que significa? ¿Con que peculiaridades de la vid terrenal habría estado relacionando su tarea para esta parábola?

En el Antiguo Testamento, la vid de Dios era Israel. Los usó para cumplir su propósito en el mundo, y bendijo a esos conectados con ellos. Él era el viñador; Cuidó la vid, la cortó y cortó ramas que no daban fruto. Pero la vid de Dios degeneró y no dio fruto. Una rama que está realmente conectada a la vid es segura y nunca va a ser eliminada. Pero una que solo parece estar conectado, uno que solo tiene una unión superficial, va a ser eliminada.

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Los teólogos la llaman la “aseidad” de Dios, el Ser eterno de Dios. Él es el YO SOY. Durante su predicación, enseñanza, sanidades, ministerio de discipulado, Jesús de forma continua declaró que él es Dios. Él ha dicho cosas como, “mi Padre trabaja hasta ahora, y yo mismo estoy trabajando”. En un contexto de discusión acerca del día de reposo, él les recuerda que el día de reposo no se aplica a Dios, porque Dios está trabajando todo el tiempo. Y el día de reposo no se aplica tampoco a mí, por el hecho de que yo como Dios estoy trabajando todo el tiempo. Estaban llenos de furia porque él hiciera una afirmación como esa.

La vida de Dios vendría a través de Israel, para todos y cada uno de los que estuvieran pegados a Israel. Pero Israel fue infiel, idolatra, inmoral, y Dios trajo juicio. Eso es lo que el Antiguo Testamento nos muestra. Esta es la verdad de esa noche, y esto tiene que ser lo que está en el pensamiento de nuestro Señor y en lo que habla aquí. Él necesita explicarles a estos hombres, a Judas. ¿No le parecería natural para usted que en esta conversa íntima con los amados once, que todavía están con él, que todos todavía tratan de procesar a Judas?

Jesús acercándose mucho más a nuestra realidad de sus discípulos, les hace ver que Él mismo es la vid y ellos los sarmientos; a los sarmientos les es completamente indis­pensable mantenerse unidos a la vid, si desean tener vida y frutos. En tanto que el sar­engaño no puede llevar fruto alguno por sí solo separado de la vid. Pero el hombre religioso, en la mayoría de los casos, se cree capaz de llevar fruto por sí mismo, sin estar unido por la fe a esa única “vid verídica”, que es Cristo.

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Jesús es la única persona que vivió de manera especial en este mundo. Él es la vid verídica, pues Él es la fuente de la vida, de la vida espiritual, y la única persona que estuvo agradando a Dios en todo cuanto hacía. Jesús no se encontraba presentando una exclusiva idea al usar la metáfora de una vid y ramas.

Las ramas frutales y no fructíferas medran de forma rápida y tienen que podarse de forma cuidadosa. Si habrá una gran cantidad de fruta, se tienen que eliminar las ramas inútiles, tal como los brotes que medran en las ramas frutales. Jesús dijo que sus seguidores eran como ramas maduras que daban fruto pero necesitaban poda. En la metáfora, Cristo es una planta, pero el Padre es un individuo.

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