Cómo proceder Acerca de 1 Corintios

1 corintios

Y el orgullo no elimina la responsabilidad. Mas el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios; porque le son insensatez; ni las puede conocer, porque son espiritualmente examinadas. Pero nosotros poseemos la cabeza del Mesías. Pues ¿quién de los hombres sabe lo íntimo del hombre, sino más bien el espíritu del hombre que está en él? De este modo también, nadie ha conocido las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Nosotros tenemos la posibilidad de decir que esto es verdad simplemente al ver a las personas que están a lo que nos rodea todos los días.

sino más bien el Espíritu que es el único que tiene ingreso a ella y nos la puede anunciar, por eso solo mediante el desarrollo y disciplina espiritual a la que se somete de forma voluntaria el creyente puede alcanzar a discernir el pensamiento o la cabeza de Cristo. y en tanto que por felicidad recibimos este precioso don, que es su Espíritu, para que podamos entender lo que nos fué concedido como la salvación, la redención, la justificación en Cristo. Que hombre conoce las cosas del hombre sino más bien su propio espíritu que está en unidad en él, de la misma forma el Espíritu Santurrón que habita en unidad con el Padre puede saber la esencia de Dios que está en sí. O sea, para que no deba su origen ni su continuación “a la sabiduría de hombres”. Solo mediante la afectación persistente de los oyentes por el poder de Dios para su transformación puede fundamentar nuestra fe y seguridad en el Señor, ya que asimismo fortalece sus cimientos para continuar al Señor sin importar las consecuencias. Este es un regalo del Espíritu a través de la revelación.

Bible Reference

Que Dios les bendiga hermanos y que use este aporte para edificarles y fortalecerles en la fe, para gloria de Su Nombre y el de Su Hijo, AMÉN. En el Foro de discusión General de Religión de estoy participando en un enfrentamiento sobre la personalidad del Espíritu Santurrón con un forista de la secta de los Presentes de Jehová, con quien ya anteriormente me he enfrentado en otros tópicos Bíblicos. Como es bien conocido de aquellos que conocemos las doctrinas particulares de esta secta, ellos niegan que el Espíritu Santo sea una persona y afirman que es la fuerza activa de Dios, sea lo que fuere que eso signifique. Contrario a esto, los Cristianos afirmamos que el Espíritu Santurrón es una persona distinguible del Padre y del Hijo, pero de una misma y única esencia con Ellos.

Él logró una resolución consciente poner énfasis en Jesucristo, y a este crucificado. Por el hecho de que la necedad de Dios es más sabia que los hombres, y la debilidad de Dios es mucho más fuerte que los hombres. Pues la palabra de la cruz es necedad para los que se pierden, pero para nosotros los salvos es poder de Dios. esto es, el Espíritu de verdad, a quien el planeta no puede recibir, pues ni le ve ni le conoce, pero nosotros sí le conocéis por el hecho de que mora con vosotros y estará en vosotros.

El escarnecedor busca sabiduría, y no la encuentra, pero para el hombre entendido el conocimiento es fácil. Esta sabiduría no es la que viene de lo prominente, sino que es terrenal, natural, diabólica. El que no es espiritual no acepta lo que viene del Espíritu de Dios por el hecho de que le parece una tontería. No puede entenderlo pues eso debe juzgarse espiritualmente.

1 corintios

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Y tampoco las puede comprender, porque son cosas que deben juzgarse espiritualmente. En cambio, el hombre espiritual ajuzga todas las cosas, pero él no es juzgado por absolutamente nadie. a fin de que vuestra fe no estuviese establecida en la sabiduría de hombres, sino en el apoder de Dios. El Evangelio se predica por el poder del Espíritu — El Espíritu revela a los santurrones todas las cosas — El hombre natural que no se ha arrepentido no puede recibir las cosas del Espíritu de Dios. En cambio, el que es espiritual juzga todas las cosas; pero e\’l no es juzgado por absolutamente nadie.

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La sabiduría de Dios no solamente es un regalo pues procede mediante la revelación (ese es el punto de los versículos 9–13a); es asimismo un obsequio gracias a la capacidad para reconocerla como sabiduría y recibirla como trabajo del Espíritu Santo. La falsa impresión que usted obtiene aquí es que no hay lugar para la sabiduría en la Fe Cristiana. Pero Pablo soluciona esa impresión en lo siguiente, pero lo hace de una forma que no toma ninguna de las palabras humildes que pronounció hasta la actualidad.

• sino el Espíritu que es el único que tiene ingreso a ella y nos la puede anunciar, por eso solo a través de el desarrollo y disciplina espiritual a la que se somete voluntariamente el creyente puede lograr a discernir el pensamiento o la mente de Cristo.

El que no tiene el Espíritu no admite lo que procede del Espíritu de Dios, pues para él es locura. No puede comprenderlo, porque hay que discernirlo espiritualmente. El que no tiene el Espíritu no puede aceptar lo que proviene del Espíritu de Dios, pues le parece una locura. No lo puede comprender, pues hay que discernirlo con la asistencia del Espíritu.

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Para todo el que que vive en su estado natural, las cosas que pertenecen al Espíritu de Dios no son sino insensatez y locura, y no puede comprenderlas por el hecho de que únicamente son distinguibles de forma espiritual. Por el hecho de que el hombre animal no puede hacerse con la capacidad de las cosas que son del Espíritu de Dios; pues para él todas y cada una son una necedad, y no puede comprenderlas, ya que se tienen que discernir con una luz espiritual que no tiene. En un chato puramente humano el hombre no capta las cosas del Espíritu de Dios, pues son para él necedad; y no puede conocerlas, por el hecho de que sólo tienen la posibilidad de ser examinadas con criterios espirituales. Pero el hombre natural no recibe las cosas del Espíritu de Dios; porque le son insensatez; ni las puede entender, por cuanto se disciernen espiritualmente. Pero un hombre natural° no acepta las cosas del Espíritu de Dios, pues para él son° necedad, y no puede comprenderlas por el hecho de que se tienen que discernir espiritualmente. El hombre mundano no acepta las cosas del Espíritu de Dios; son disparidad para él, y no puede entenderlas, puesto que hay que juzgarlas espiritualmente.

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